Hace más de una década, una bata blanca, un tubo de ensayo, una pipeta, un matráz, los laboratorios y una pasión por el medio ambiente, me llevarón a Santiago de Chile, dejé mi vida en España por lo que solía llamar «un trabajo de lo mio».
Y gracias a perseguir ese sueño de bata blanca me encontré o mejor dicho…. el yoga me encontró… ahí empezó mi romance con el yoga y desde entonces cada día doy las gracias por este gran e inmenso regalo que es el Yoga.
A mi regreso de Chile, después del contacto con varias escuelas de allí, regresé a España y realicé la formación en Vinyasa y Power yoga con el Instituto Europeo de Yoga (IEY), seguí formándome en diversas disciplinas, Yoga para niñ@s, yoga para embarazadas, Postparto y bebés, Inteligencia emocional, PNL, Coach, mindfulness, me considero una eterna alumna.
Una vez finalizada la formación, la magia empezó a surgir, me ví compartiendo el yoga con gente que iba apareciendo y se sumaban a ese compromiso con su práctica, sintiendo y escuchando los testimonios de las personas, los cambios en sus vidas… esto me impulsó a crear mi propio centro de yoga para continuar expandiendo este legado tan maravilloso y así nació Vive Yoga, un rincón lleno de cariño y almas llenas de luz que van cada día a realizar su práctica.
Montar mi propio centro de yoga no estaba en mis planes pero una vez más se desvela un secreto a voces, «la vida sabe más que nosotr@s». Tan sólo hay que “Confiar y Soltar”.