Una mañana me levanté y sentí la necesidad de encontrar algo que me proporcionara la paz y el equilibrio que le faltaba a mi vida. Fue así, indagando, como llegué a este mundo del YOGA. Por aquel entonces un mundo tan desconocido para mi y a la vez tan alentador.
Comencé como una práctica personal para mí, como un reto…. Pero poco a poco descubrí que disfrutaba compartiendo los conocimientos que adquiría, viendo a esos alumnos sentados frente a mí en su esterilla, proporcionándoles justamente lo que necesitaban para pausar esta estresada vida que llevamos.
Aún me queda mucho por aprender, mucho por recorrer, porque lo más bonito del YOGA es que nunca te deja de sorprender.
Hoy solo puede decir ¡¡¡GRACIAS UNIVERSO!!!
SAT NAM
Alba.